El hecho mismo de establecer una relación entre Democracia y Desarrollo, redefinió ambos conceptos otorgándoles una nueva potencialidad. El autor lo describe en los siguientes términos: "- La democracia política en América Latina, imperfecta en lo sustantivo pero estable en lo formal, es un bien público en proceso de transformarse en un valor adquirido. Pero ya no se la piensa ni se la administra en relación al desarrollo. Al menos, las modalidades del desarrollo transmutaron de tal manera que hay que ser muy cuidadoso para relacionar estrechamente desarrollo y democracia por el riesgo de deslegitimar a ésta última. Sobre la reconfiguración, estructural y semántica de la relación entre desarrollo y democracia, versa este trabajo".