Con una sólida formación en esta problemática, Ana Jaramillo describe los distintos niveles de participación obrera en la producción como formas superadoras de la explotación y la heterogestión. Desde la toma de decisiones en el taller, la cooperación, cogestión y autogestión en la empresa, hasta la intervención en el sector económico nacional a través de cooperativas integradas. Desarrolla en concepto de “productividad social” donde el trabajo posibilita la apropiación de los bienes socialmente necesarios, como enfoque de desarrollo preeminente al mero beneficio. Expone diferentes perspectivas teóricas de la función social que adquiere la capacitación y calificación de los trabajadores: la creación y distribución equitativa de la riqueza no sería viable sin la participación de los trabajadores tanto en la gestión, administración y dirección del proceso productivo como en la planificación de sus propios programas de formación. Presenta como ejemplo la Propuesta de capacitación y formación profesional para los trabajadores no-docentes de la UNLa .