Es abordado el tema del rol histórico y el rol esperable de los intelectuales a través de un conciso recorrido por las aportaciones de diferentes teóricos nacionales, latinoamericanos y de los países centrales. La autora propone abrir el debate acerca de la función de la academia en un contexto globalizado desde categorías locales, pero que resultan universales cuando se concibe a aquella función como un lugar desde donde explicar, comprender y hacer, sobre una realidad siempre mutante.